sábado, 16 de febrero de 2019

Delia Cardenas: Aclaraciones para la Historia


ACLARACIONES PARA LA HISTORIA PANAMEÑA

He escuchado afirmaciones hechas por talentosos personajes, que no se ajustan a la verdad histórica relacionadas con las listas discriminatorias en las que ha sido incluida Panamá. Como parte actora y participativa en las actuaciones relacionadas con las mismas, siento la obligación de expresar las correspondientes aclaraciones, habida cuenta del silencio que guardan aquellos que también conocen buena parte de lo acontecido.

A fines de 1999, en mi carácter de  Superintendente de Bancos de Panamá, nombrada por la Presidenta de ese entonces, Doña Mireya Moscoso, asistí a una reunión de reguladores de la Región, auspiciada por el GAFIC, organismo regional del que Panamá formaba parte. En dicha reunión conocí informalmente, que Panamá sería incluida en la lista negra de Países de Competencia Desleal,  título que más adelante sería reemplazado por el de No Cooperadores contra el Blanqueo de Capitales.

Conocida la situación y el riesgo que significaba, en una conferencia ante los gerentes y dueños de bancos, comuniqué lo conocido, solicitando a los presentes su cooperación. Panamá tenía en ese momento alrededor de 40 leyes que normaban el tema y nos parecía injusta la nefasta calificación.

A inicios del 2000, se nos citó a una reunión de reguladores, organizado por las Naciones Unidas. En dicha reunión se redactó un comunicado que firmaríamos los técnico y reguladores presentes, donde se conminaba a las más altas autoridades de los países participantes a cumplir con las disposiciones contenidas en el mismo. Panamá fue el único País que se negó a firmar. Advertí que no firmaría dicho documento, sin antes consultar con nuestra Presidenta y altas autoridades correspondientes, verificando lo que norma la Ley y la Constitución. Por supuesto ardió Troya. Las amenazas de los miembros de GAFI con la pretensión de anular mi decisión no tuvieron frutos. Recuerdo un abogado apellido Blum, a quien increpé acremente,  por referirse  en muy malos términos a Don Eduardo Morgan, cuando en su carácter de embajador defendió a nuestro País de ataques similares.

De vuelta al País, informé a la Presidenta Moscoso y al Canciller José Miguel Alemán de lo acontecido. El Gobierno de Mireya Moscoso heredó un grave problema y en su gobierno, prácticamente, se resolvió.

Fuimos citados a una reunión de GAFI en Washington, junto con los otros países, también  incluidos en la lista, en la misma estuve acompañada de los Embajadores Guillermo Billy Ford Boyd q.e.p.d. y Ramón Morales Quijano, de Washington y Naciones Unidas, respectivamente, quienes fueron un gran apoyo. Tuve que firmar el documento para que lo hicieran público, bajo la amenaza de que expulsarían a Panamá de los Organismos.

Panamá entra en la lista negra como País No Cooperador en la Lucha contra el Blanqueo de Capitales y en otras dos listas más; en la  de Países con Legislación Bancaria y Financiera débil que no cumplía con los requisitos de Basilea y en la lista de Paraísos Fiscales, todo ocurrió  en el año 2000. Afectó la corresponsalía bancaria y algunas transacciones financieras internacionales.

Inmediatamente se conformó una comisión de distinguidos y talentosos abogados, de todos los partidos, gobierno y oposición juntos, para revisar la legislación vigente. Es pertinente aclarar que en ese entonces yo formaba parte del MOLIRENA en alianza con el Panameñismo.

La Cancillería conformó una Comisión de Carácter Extraordinario,  para conversar diplomáticamente con los países miembros del GAFI. Nosotros nos mantuvimos en el nivel técnico para fortalecer las medidas que íbamos adoptando, una vez aprobada la adecuación de nuestras leyes. Teníamos que asistir a reuniones para sustentar nuestros avances y probar la ejecución de los mismos. Recuerdo una reunión en Miami, lo más parecido a una audiencia,  donde sorprendimos a los miembros del GAFI por la calidad en la conformación de la misión panameña: el Procurador General de la Nación, Director del Consejo de Seguridad, Fiscales, Jueces, banqueros, dos abogados del sector privado, quienes viajaron con sus propios medios y, personal técnico de la Superintendencia, se me escapan otros participantes. En esa reunión sustentamos los avances en normas y ejecuciones, entre ellas pudimos salvar la innecesaria preocupación por las acciones al portador, cuya eliminación exigían, al compararlas con  los  traspasos por endosos de las acciones nominativas

Panamá siempre proyectó un interés real por resolver aquello que realmente requería de un ajuste, con seriedad, respeto e hidalguía, sin someternos a lo que sabíamos pretendían los Países Miembros de GAFI y de la OECD,  quienes no aceptaban que un país tan pequeño como el nuestro tuviese un floreciente centro financiero, una exitosa Zona Libre de Colón, fuese No.1 en abanderamiento de naves, una exitosa Ley de Sociedades Anónimas vigente desde 1927, en adición a nuestro orgulloso Canal panameño

En el 2001, estábamos preparados para salir de algunas listas, aclaro que la de los Paraísos Fiscales, por su naturaleza, correspondía al MEF y no a la Superintendencia de Bancos.

Estuvimos listos, gracias a un trabajo a gran escala, en todos los estamentos del Estado que tuviesen alguna relación con el tema. Los miembros de la Superintendencia se convirtieron en técnicos y luego  en maestros y examinadores, para asegurarnos del cumplimiento del País.
Nos enviaron una misión del FMI,  al inicio anunciaron que era una visita exploratoria, pero insistimos y pedimos con firmeza que la visita fuera de examen y calificación, porque sabíamos que estábamos listos. Con mucho esfuerzo lo logramos y el FMI dictaminó que cumplíamos.

Llegaron las visitas del GAFI y logramos salir de la lista de Países No Cooperadores en la Lucha Contra el Blanqueo de Capitales y paralelamente salimos de la de Basilea por haber fortalecido nuestra reglamentación bancaria y financiera  manteniéndola en ejecución.

¿Cómo se logró?
• Se fortaleció la regulación, se elevó la calidad de la supervisión y se mantuvo su efectividad.
• Se fortaleció la Unidad de Análisis Financiero con una buena coordinación.
• Se constituyó un departamento especializado para dar seguimiento a la modernización y actualización de las normas y acuerdos internacionales correspondientes al sector financiero.
• La Superintendencia se mantuvo en alerta constante, velando por el cumplimiento de las medidas y principios que rigen la actividad en el mundo.
• En 2006, al término de la gestión, Panamá no estaba en ninguna lista financiera ni relacionada contra blanqueo de capitales ni contra terrorismo. Sólo estaba en la de Paraísos Fiscales a cargo del MEF.

Panamá se convirtió, ejemplarmente,  en un socio  efectivo y activo del GAFIC,  organismo regional del que fue uno de los fundadores, de país discriminado pasamos a ocupar la Vicepresidencia y luego la Presidencia por elección. Lamentablemente, en el gobierno anterior, del que formé parte como CD y Embajadora ante la Santa Sede, se tomó la decisión, en opinión personal desafortunada, de salir del GAFIC y entrar al GAFILAT. Decisión que advertí al Ministro del MEF en ese entonces, podría conllevar consecuencias negativas, por las pobres relaciones financieras  con nuestro País,  de  la mayoría de los 9 miembros que la conforman. Algunas de ellos, con cumplimientos muy por debajo de los de Panamá, situación que pude constatar en algunas de las reuniones del GAFI,  a las que asistí en su sede en París.

No conozco las causas, que ahora esgrimen los insaciables organismos internacionales para incluir a Panamá, nuevamente, en listas discriminatorias. 

Opino que las ansias de dominio del mercado financiero, comercial, marítimo, naval, legal, es tal, que aprovechándose de la falta de creatividad de los medios de comunicación, continúan en la degradante tarea de extorsionar a los países pequeños que osan intervenir en negocios y actividades, que suponen son “propios” con el fin de aumentar su caudal de riqueza a costa del resto de la humanidad. Por ello afirmo,  que aunque cedamos el 100% a las peticiones de dichos organismos, no cejarán en su empeño, eso es, convertirnos en sus colonias, a través del empobrecimiento de nuestras economías

Para contrarrestar lo anterior, los reguladores, en todas sus categorías, deben hacer el trabajo para el que fueron destinados, con buena supervisión y control, así se minimizan las malas actuaciones,  se cierran las puertas  para comisión de delitos y sobre todo,  se evita la intromisión en la autodeterminación de nuestros  países libres y soberanos, de organismos amorfos carentes  de identidad mucho menos de personalidad propia.  

Es hora de defender a toda costa lo nuestro y los medios deben rectificar  su afán de lucro, a costa de  la imagen del País, con  reportajes, producto de   investigaciones juiciosas, que difundan   la verdad y  el respeto por Panamá.

Delia Cárdenas Christie
14 de febrero de 2019

2 comentarios:

  1. Información sumamente interesante. Ayuda a entender situaciones reales que noz afectan como nación.

    ResponderEliminar
  2. Felicitación por tan.impportantes revelaciones. Muy triste el papel de esos organismos de pretender imponer sus voluntades al resto del mundo, y desconociendo el l8bre albedrio de nuestro pais. Excelente como siempre ...

    ResponderEliminar