El Retorno del Péndulo (III)
octubre 24, 2016
Por: Juan David Morgan
El péndulo sigue moviéndose. Esta vez impulsa su retorno desde la mentira hacia la verdad, la investigación abierta por el Parlamento de Europa con el fin de determinar si, con base en las revelaciones resultantes de los más de 11 millones de documentos sustraídos al bufete Mossack y Fonseca, la Comisión Europea y los Estados miembros cometieron alguna infracción en materia de blanqueo de capitales y evasión fiscal.
Noticias publicadas por el diario La Prensa el 28 de septiembre pasado, emanadas de las primeras sesiones de dicho parlamento, revelan las declaraciones de algunos de los periodistas que llevaron a cabo la investigación de los documentos injustamente llamados “Papeles de Panamá”. Tales revelaciones no pueden ser más elocuentes, como se desprende de los testimonios de algunos periodistas del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, según sus siglas en inglés). Así, el periodista de la radio alemana NDR Germany, Jan Strozyk, expresó: “Con el análisis de los documentos encontramos más de quinientos bancos implicados en todo el mundo. Treinta de estos estaban vinculados con Alemania, es decir, o eran bancos alemanes o bancos extranjeros muy activos en territorio alemán. De los diez principales bancos intermediarios, cuatro eran de Luxemburgo, tres de las islas del Canal (ingleses), dos de Suiza y uno de Mónaco. Así es que no estamos hablando de Panamá, estas son cosas que están sucediendo aquí en Europa”. Y añadió el periodista: “Mossack Fonseca, al igual que muchos otros proveedores de empresas offshore, no trabaja con el cliente final. Esto es algo que hemos visto de los documentos”. Por su parte, otro periodista, Kristof Clerix, de la revista belga Knack, enfatizó que fueron los bancos los últimos responsables de la creación de empresas offshore.
Se va aclarando, pues, la injusticia, y, más que injusticia, la maldad que significó la utilización del nombre de nuestro país para difundir los papeles que destaparon el escándalo de las evasiones fiscales mundiales. Como ya hemos dicho antes, no era panameño ni de Panamá ninguno de los bancos que figuran en dichos papeles, bancos que, finalmente, comienzan a aparecer como los que producían los clientes de las estructuras offshore y mantenían la relación con ellos. Además, de acuerdo con el portal de internet de la ICIJ, la lista de jurisdicciones donde se constituyeron la mayoría de esas estructuras la encabeza las Islas Vírgenes Británicas (BVI), con más del doble de las constituidas en Panamá. Asimismo, en la lista de los países donde operan el mayor número de intermediarios mencionados en los papeles del offshore, Panamá figura en un lejano quinto lugar, detrás de Hong Kong, el Reino Unido, Suiza y los Estados Unidos. Para tener una idea de la diferencia entre el primero y el quinto lugar, basta señalar que Panamá aparece con menos del 25% de los intermediarios de Hong Kong.
Veamos ahora lo que escribieron los periodistas del diario alemán Süddeutsche Zeintung, Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, autores del libro Los Papeles de Panamá (escrito originalmente en alemán y publicado en España, en español), en junio del 2016, sospechosamente apenas dos meses después de que estalló el escándalo de los denominados “Panama Papers”. En la página cuarenta y ocho del libro afirman los periodistas que el título original de su trabajo era “El bufete del mal”, y en la página 302 relatan cómo el nombre “Panama Papers” fue idea del director de la ICIJ, en Washington, Gerard Ryle. Luego añaden los periodistas del diario alemán en la página 303: “’Papeles de Panamá’… Será cuestión de acostumbrarse, pero suena bien. ¿O acaso hemos dejado de ser medianamente objetivos sobre nuestro mastodóntico proyecto?”. Fue, tal vez, esa falta de objetividad al escoger el nombre de nuestro país, solamente porque “sonaba bien”, la que llevó a los periodistas a incluir, bajo el título “Los Papeles de Panamá”, un subtítulo que dice textualmente: “El club mundial de los evasores de impuestos”.
El gran daño hecho a Panamá al arropar bajo su nombre a los evasores mundiales de impuestos es irreversible, pero al final del día la verdad siempre se abre camino y ya el péndulo comienza a regresar demostrando la injusticia cometida por los periodistas de la ICIJ pero, sobre todo, por los burócratas de la OCDE y algunos de sus países miembros, como Francia, que han aprovechado el escándalo para continuar atacando con una saña inusitada a nuestro país.
Lamentablemente, ahora nos enteramos de que, a pesar de la confesión de los propios autores del libro los Papeles de Panamá y de las verdades que están surgiendo de las investigaciones del Parlamento Europeo, otros interesados van a utilizar el nombre de “Panama Papers” para lucrar, sin importarle el daño que con ello siguen causando a nuestro país. Es el caso de la esposa del señor Joseph Stiglitz, Anya Schiffrin. Luego de que Stiglitz renunció, arteramente y con escándalo, a la comisión en la que había sido nombrado por el presidente de la república para estudiar cómo podía Panama mejorar su transparencia financiera, la señora de Stiglitz, profesora junto a su esposo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, ha decidido dictar un curso al que ha puesto por nombre “The Panama Papers”. Como si el nombre de nuestro país fuera una mercancía con la cual se puede comerciar sin ninguna consecuencia. Ya hay algunos abogados panameños que han levantado sus voces de protesta, así como también entendemos que lo están haciendo exalumnos panameños de esa importante universidad de los Estados Unidos. Esperamos que el Gobierno Nacional se haga eco de esas protestas y deje oír su voz ante el atrevimiento que significa continuar utilizando el nombre de Panamá para mercadear escándalos.
Mientras tanto, y a pesar de todas las mentiras y los ataques de que ha sido víctima nuestro país, el péndulo sigue moviéndose, continúa alejándose de las mentiras y las calumnias para aproximarse a la verdad, que al final siempre termina prevaleciendo.
http://portadapanama.com/retorno-del-pendulo-iii/
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